24 de abril de 2024

Espíritu de antaño y baldosas hidráulicas en un pequeño apartamento en Barcelona

Primero fueron los Juegos Olímpicos de 1992. Luego, el proyecto de renovación urbanística 22@. Así es como Poblenou, el barrio de Barcelona que en su día fue conocido como la Manchester catalana, se ha convertido hoy en uno de los corazones palpitantes de la ciudad, creativo y lleno de dinamismo. Aquí, SIGLA Studio, uno de los principales estudios de arquitectura de Barcelona, fundado por Bernat Riera y Sergi Puig en 2010, se encargó de la renovación de un pequeño apartamento en un edificio de los años 30, no muy lejos de la Rambla. La petición de la propietaria era conservar lo máximo posible el encanto original de la vivienda, que ha permanecido, generación tras generación, siempre en la misma familia.

 

Espíritu de otros tiempos con toques contemporáneos

A medida del hombre (de hecho, son solo 47 metros cuadrados), este pequeño apartamento en Barcelona encuentra en el pasillo el elemento de conexión entre todos los ambientes. Con sus techos altos y molduras, nos introduce en el espíritu más auténtico de la casa, un distribuidor en el que se han recuperado todas las texturas originales, reintegrando la pintura con silicato de potasio. Desde aquí se ramifican las diferentes habitaciones, a las que se accede a través de puertas originales de madera maciza de pino, restauradas con esmero.

En cuanto al diseño arquitectónico, uno de los cambios más significativos es la introducción de una nueva apertura en el muro de carga que divide la zona del armario del salón. Esta modificación permitió recolocar la cocina de forma estratégica, abriéndola hacia el exterior para maximizar el acceso a la ventilación y la luz natural. El pequeño apartamento de Poblenou pasa así de una distribución típica de los años 30 a un plano más contemporáneo, donde la zona de día se compone de un único espacio amplio, en el que las actividades de cocinar y comer se relacionan no solo entre sí, sino también con la vida de la casa.

 

Baldosas hidráulicas, vigas de madera, bóvedas catalanas

Los demás ambientes han sido restaurados hábilmente y devueltos a sus texturas originales, preservando intencionalmente esa atmósfera nostálgica tan querida y cautivadora. También se restauraron las puertas, desmantelándolas y recuperando la madera. De los techos se mantuvieron las estructuras originales de vigas de madera y las bóvedas de cerámica. Los revestimientos de las paredes fueron restaurados con pinturas originales a base de esmaltes de silicato de potasio y ceras.

Se prestó especial atención a los suelos hidráulicos, que se conservaron en todos los ambientes, excepto en los baños. Aquí, las diversas reformas realizadas a lo largo del tiempo eliminaron el pavimento original, por lo que los arquitectos optaron por un revestimiento de mortero con inserciones de diseño personalizado, elaborado artesanalmente en Mallorca. Las baldosas hidráulicas en este proyecto desempeñan un papel importante, contribuyendo a mantener intacta la atmósfera de antaño de la vivienda: diferentes en cada habitación, aportan un toque de color que combina perfectamente con el resto del diseño interior, que juega con colores pastel empolvados y mates.

 

Interior familiar

Gran parte del mobiliario ha sido reutilizado con sabiduría: los propietarios anteriores habían dejado muchos muebles, considerados anticuados, pero los arquitectos vieron su valor como complementos perfectos para la atmósfera de la casa. Por lo tanto, elementos como la cama, las mesitas de noche, las lámparas y el escritorio en el dormitorio se han mantenido intactos en su originalidad. Al mismo tiempo, se diseñaron fregaderos a medida para el baño y la cocina, integrándose armoniosamente con el estilo general.

 

Materiales tradicionales

En el mismo espíritu, los materiales empleados reflejan la historia vivida de este pequeño apartamento hasta hoy: madera, cal, baldosas hidráulicas y pigmentos naturales. Los arquitectos realizaron una cuidadosa selección, optando por silicatos de potasio, esmaltes de cera, pinturas de cal libres de base acrílica y aceites naturales de poro abierto. Esta elección no solo preserva la autenticidad de los materiales, sino que también aprovecha sus propiedades higroscópicas. El objetivo es conservar intactas las historias que estos materiales cuentan, ofreciendo así un homenaje tangible a la historia de la casa que no debe ser olvidada.

 

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