Se trata de una finca de pueblo del 1900 ubicada en el núcleo histórico de Sant Pere de Ribes. Un edificio lleno de legado e identidad, en la que han ido habitando miembros de las distintas generaciones de la familia. Conceptualmente nos centramos en escarbar en los recuerdos, la infancia y los momentos vividos en este amparo seguro. Aislando todo aquello que nos interesaba y parecía sugerente, para así sostener el máximo de elementos y a la vez introducir algunos nuevos, readaptando el espacio inicial y buscando ser lo mas respetuosos posible con el entorno y la estructura autentica de la vivienda.
En este caso, el objetivo fue pasar de una distribución típica de finca de pueblo, a una nueva organización que modifica sutilmente el planeamiento. Para ello, incorporamos una zona de día formada por un único espacio en la que las distintas actividades se relacionan entre sí. Por otro lado, una zona de noche en la planta superior donde hemos mantenido la estructura de refugio. Conjuntamente, logrando una comunión entre presente, pasado y futuro.
Originalmente, la planta baja estaba dividida en dos, con una tienda en desuso y una vivienda. Aquí, se ha creado un espacio diáfano en el que se encuentran la cocina, el comedor y el salón. Tratándose de una crujía estrecha con paredes de carga de apenas 3m de ancho, la cocina se sitúa en el medio articulando el espacio y las distintas circulaciones: el recibidor, en frente; la zona de cocción, a un lado; y el acceso a la planta superior o al salón, en el otro.
Las sucesivas reformas que se habían hecho, eliminaron el pavimento primario en la planta inferior, optando por uno continuo con áridos y revestimientos en las paredes con microterrazo, estucados de cal y veladuras de cera (según la zona) para mantener el aura.
Al mismo tiempo, se ha conservado la entrada a la tienda, pero readaptándola con una cancela de entrada que sirve de filtro entre el interior y el exterior. Se instala una celosía de madera que deja pasar la luz y la ventilación natural pero aportando cierta privacidad, un truco de transición entre el espacio público de una calle peatonal de pueblo y el privado.
Por otro lado, la planta superior contaba con dormitorios que nunca se utilizaban. Aquí, se ha mantenido la estructura con los dormitorios y una sala de de lectura, añadiendo un segundo baño en una de las habitaciones, dotando de funcionalidad a cada estancia.
En la planta primera, se ha restaurado toda la carpintería antigua, decapándolas y recuperando la madera. También se han rescatado los pavimentos existentes y rehabilitado la cubierta entera pero manteniendo las vigas de madera y la bovedilla cerámica. Todos estos elementos se integran perfectamente, complementándose unos a otros, ya que el resto de piezas actúan como hilo conductor que los relacionan entre sí.
Cabe destacar, la nobleza de todos los materiales: la madera, la arcilla, la cal, los morteros hidráulicos y los terrazos, entre otros. En conjunto, son como una gran bola de energía, cuyas características ecológicas y naturales dejan una huella de carbono prácticamente nula. Valorando el trabajo artesano en todas sus vertientes, hemos optado por técnicas tradicionales, a fin de aprovechar las cualidades higroscópicas de la madera por las cuales es capaz de absorber la humedad del ambiente. Esto, unido a la gran inercia térmica de los muros de mampostería de piedra y ladrillo, dotan al hogar de un confort climático resistente.
Incluso la paleta cromática empleada resalta la pureza de los materiales, sin aditivos ni recubrimientos. La gama esta basada en los pigmentos naturales de las baldosas hidráulicas, la madera de pino que ha ido y continuara oscureciendo con el paso del tiempo, y los revestimientos de color tierra con áridos silíceos.
La mejor manera de continuar con el legado ha sido preservar, restaurar y continuar. El resultado habla de la comodidad como el mayor de los lujos. El bienestar domestico como necesidad humana fundamental, profundamente arraigada a nosotros y nuestros valores, viendo la eficiencia, la intimidad y la singularidad como principios básicos de una buena arquitectura, y que han de satisfacerse.