Reforma de una vivienda ubicada en el Poblenou de Barcelona, en una finca de principios del siglo XX con una planta original con tres zonas muy diferenciadas y no relacionadas entre si.
Para adaptar la vivienda a los requerimientos de los nuevos inquilinos, adoptamos una estrategia muy clara y simple: conectar los tres nuevos espacios (zona de día, zona de noche y zona de estancias auxiliares) mediante un distribuidor abierto y conservamos la visión del exterior desde todos los puntos de la vivienda.
Para fortalecer el concepto de homogeneización y comunicación entre espacios, se aplica una baldosa tradicional cartabón esmaltada en blanco y con un acabado natural de la terracota en varias zonas (baños, cocina, recibidor); la disposición de las piezas va variando en cada caso para obtener diferentes dibujos que doten de singularidad e identidad en cada zona.
Se fusionan las ventanas con fragmentos de pared de ladrillo original recuperado y paños pintados de color teja que, a su vez, nos remite al acabado de terracota natural del revestimiento cerámico utilizado.