El proyecto consiste en la reforma de una buhardilla en un barrio cercano al centro histórico de Cracovia, en Polonia. Un estudio pequeño que será destinado al alquiler turístico.
El altillo, junto con la cocina, forman una fachada interior atractiva y singular que unifica longitudinalmente todo el espacio a través de un módulo fijo y la repetición de sus escaleras. A su vez, forma una frontera a través de la cual se organizarán los diferentes materiales.
Entre los materiales y tonalidades destacan la madera, el color azul y el color negro, que se combinan con el blanco para articular y unificar los diferentes espacios. El azul, presente en las baldosas del suelo y del baño, se utiliza estratégicamente en algunas paredes vinculado a la iluminación LED y en constante diálogo con los muebles de madera. El negro se utiliza para unificar el equipamiento (luminarias, griferías, etc.) y parte del mobiliario.
Con conciencia del potencial de la ubicación, se apuesta por un piso singular que destaque por su diseño atractivo, sus materiales y sus prestaciones. Todo ello sin olvidar la funcionalidad.
Se propone un gran altillo de madera maciza, ubicado en la zona alta y oscura de la buhardilla, alrededor del cual se desarrolla todo el proyecto. En la parte inferior se encuentran el baño y la cocina, mientras que el piso superior se articula como un espacio auxiliar polivalente. Dichos espacios son accesibles desde el salón-comedor y la habitación doble, situados en la zona más iluminada del piso.