Reforma de un piso en el barrio de Santa Coloma, se trata de una vivienda antigua de techos originales bajos y escasa entrada de luz natural.
Para adaptar la vivienda a los requerimientos de los inquilinos, adoptamos una estrategia muy clara y simple. Se apuesta por un vaciado radical del espacio, con el fin de mostrar la totalidad de su volumen y la posterior inserción de un módulo que articulará la vivienda.
A través de esta única pieza central y trasversal, se permite reorganizar el programa entre cocina/comedor/salón. Al mismo tiempo, se permite separar estas estancias de las zonas de recibidor y habitaciones, generando una interacción cruzada entre ambas zonas y mayor entrada de luz natural.
Situado estratégicamente, este bloque no solo articula todas las estancias de la vivienda, sino que además aporta una singular lógica estética: se cede todo el protagonismo al contraste entre los materiales naturales, como la estructura de listones de pino macizo que se mezclan con el suelo de madera, y el blanco de paredes y techo.
El nuevo módulo, soluciona el proyecto mediante la coexistencia entre antiguo/nuevo y blanco/color. Para fortalecer el concepto de homogeneización y comunicación entre espacios, se aplica un color protagonista, el verde, que dará contraste y profundidad así como pequeños acentos de color a lo largo de toda la vivienda.